Consigue una casa de playa perfecta, sin ningún esfuerzo

¡Por fin estás en la playa! No veías el momento de llegar y ver el mar a través de la ventana. ¡Es hora de desconectar, relajarse y descansar!… Si tu casa de vacaciones te lo permite…

Junto al mar, la arena aparece por todas partes, los niños se cambian de ropa varias veces al día, se hacen más comidas en casa, organizáis cenas con amigos… Si no quieres que todo esto se convierta en un suplicio y pasarte el día limpiando y recogiendo, sigue nuestros consejos:

SOLO LO IMPRESCINDIBLE

En primer lugar, las casas de verano tienen que contar con todo lo necesario para hacerte la vida cómoda pero ni una cosa más. ¿Sobre la mesa? Simplemente un jarrón con flores frescas. ¿En las estanterías? Los libros que vayas a leer estos días. ¿En el cuarto de los niños? Unos libros, papel y colores. Ahora toca jugar fuera y disfrutar del buen tiempo.

SUELOS A TU FAVOR

Si quieres que el polvo y la arena se disimulen, así como cualquier gotita de agua que caiga, y no tener que estar todo el día barriendo y fregando, hazte con un suelo porcelánico mate en color arena o gris (prohibidas las juntas blancas). También los hay que imitan la madera. Preciosos y muy sufridos.

PINTURA LAVABLE

En las paredes, sin ninguna duda, opta por una pintura plástica lavable. Te ahorrará muchos disgustos. ¿Que se ensucia? Pues se pasa un trapito y listo.

PIEZAS DE ALMACENAJE

Lo ideal es que cuentes con unos buenos armarios en los dormitorios y en la cocina con estanterías donde colocar todo. Si quieres que los niños tengan las cosas a mano, hazte con un mueble de almacenaje donde colocar sus “propiedades” (habíamos dicho que debían ser pocas) y con un buen cesto con tapa para que cada vez que se cambien su ropa acabe en él.

Contenedor con ruedas y tapa de Rimadesio
Contenedor abierto en piel Rimadesio

USAR, RECOGER

Este es el lema de cualquier cocinillas al que le ponga los pelos de punta solo pensar en recoger la cocina después de estar entre fogones. Aplicable en tu día a día, no solo durante las vacaciones, implica ir metiendo en el lavavajillas cada cosa que uses al cocinar, en el mismo instante en que dejes de necesitarla. Lo mismo con los productos que estés manejando. ¿Ya no hace falta más harina? Pues a su armario. ¿Ni aceite? Ídem. Así, al terminar de cocinar, mirarás a tu alrededor y… ¡sorpresa! No quedará prácticamente nada por recoger.

Cocina ideal por ICONNO

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