Convierte tu baño en un auténtico Hammam, en 4 pasos
Bien conocido por todos, el Hammam o baño turco, llamado así por su origen (procede de la cultura de Oriente Medio), es un baño de vapor relajante tanto para cuerpo como para mente (además de reducir el estrés y el cansancio, te ayuda también a eliminar toxinas y mejora la circulación) que cada vez gana más adeptos fuera de su país de origen. Tanto es así que en las últimas fechas se está haciendo habitual encontrar hamames en viviendas privadas.
Si quieres tener el tuyo propio, ¿qué mejor momento de ponerte manos a la obra que en estas fechas, creando tu rincón-ritual donde desconectar y olvidarte del frío?
Te damos unos sencillos consejos para que lo consigas fácilmente.
LA CABINA
El primer paso no puede ser otro que el de elegir la cabina perfecta. Puede estar totalmente aislada o adosada a una pared, pero debe llegar hasta el techo (dejando una pequeña rendija por abajo para que entre aire fresco, se renueve, y se forme el vapor blanco), contar con puerta, que se abra hacia afuera (para contar con más espacio en el interior, y estar diseñada en vidrio templado de, al menos, 6 mm de grosor.
Por otro lado, cuanto más transparente sea (intenta evitar los perfiles metálicos siempre que sea posible), la sensación de estar en una nube en medio de tu baño será mayor. El modelo Bilico, de antoniolupi, es una muy buena opción.
Un apunte, recuerda que debes inclinar el techo para que el vapor de agua no caiga sobre ti cuando estés disfrutando de tu momento de relajación.
EL GENERADOR DE VAPOR
Fundamental en este caso, cada vez son más las firmas que ofrecen generadores de vapor domésticos. Oceanic y Effe son dos de ellas. Recuerda que además de la toma de agua y el desagüe, el generador necesita una toma de corriente.
MOBILIARIO
La calidez de la madera la convierte en el material estrella tanto para el imprescindible banco como para el toallero y muebles de apoyo. Junto a ellos, para mantener una temperatura agradable al salir del hammam-ducha, elige unos radiadores en tonos bronce, como los Kubik, de Tubes, o, incluso, una chimenea Drago, de antoniolupi.
ILUMINACIÓN
Por último, si quieres que la relajación sea absoluta, elige unas luces cálidas o inclínate por opciones con cambio de color, fieles a los beneficios de la cromoterapia.
